Vista de Ondarroa
La capilla del Padre Eterno o Padre de la Piedad está situada en el lado derecho del río Artibai. Al parecer, la capilla se construyó en el siglo XIV y fue una de las puertas para acceder a la villa. También fue un humilladero y los que recorrían el camino hacia Guipúzcoa pedían protección al Padre de la Piedad que allí había.
El Puente Viejo o el puente romano fue restaurado tras las inundaciones del 15 de octubre de 1953. A un lado está la Antigua Cofradía, un edificio reformado por el arquitecto Pedro Guimón en 1919. Los elementos medievales se funden con los de estilo barroco. Hoy en día, la planta baja está ocupada por la oficina de turismo, y las plantas superiores se usan para organizar un gran número de conferencias, exposiciones y conciertos. Junto a la Antigua Cofradía se encuentra la plaza del mercado, donde por las mañanas se acercan todavía muchos aldeanos de la zona a vender productos del día.
Girando a la izquierda entraremos en la calle Erribera, que es una calle típica de la costa. Caminando unos pocos metros llegaremos al Puente Nuevo, pero en vez de cruzarlo seguiremos hacia delante hasta entrar en la calle San Ignazio. Si recorremos algunos metros por el lado derecho encontraremos unas escaleras angostas y empinadas por las que subiremos dejando a la izquierda la Torre Licona. Si seguimos subiendo nos encontraremos en Kaleandi.
Después de ver la Torre Licona seguiremos por Kaleandi, es decir, iremos en la dirección contraria entre pequeños y típicos edificios. Así llegaremos, tras haber subido una pequeña cuesta, a la Iglesia de Santa María y el Antiguo Ayuntamiento, situados ambos en la plaza que lleva el nombre del famoso tenor ondarrés Pedro Mari Unanue. El Antiguo Ayuntamiento es un edificio adosado a la iglesia que destaca entre los demás edificios gracias a su fachada toscana. Por el contrario, la Iglesia de Santa María es un edificio gótico que, aunque inacabado, tiene el exterior más decorado de todos los templos de Vizcaya. Las paredes están decoradas con imágenes de flores y animales, y las gárgolas tienen también aspecto de animales y humanos. Asimismo, los pináculos contienen imágenes poco comunes.
Si giramos a la derecha en la plaza Pedro Mari Unanue entraremos en el paseo de ronda o “korreta”, un antiguo paseo que rodea la iglesia y que tiene unas hermosas vistas (el río Artibai, el puerto deportivo, el Puente Viejo, la Antigua Cofradía, El Puente Nuevo...). Al llegar a la zona donde se accede a la calle Kantoipe podemos levantar la vista y encontrarnos con los Kortxeleko Mamuak, un grupo de doce figuras de gran belleza, esculpidas al estilo flamenco-borgoñón. Reflejan las diferentes clases sociales de la Edad Media. Situadas de izquierda a derecha, representan al rey, el pífano, al rabelero, dos peregrinos, dos soldados, la nodriza, la reina, el monje, el criado y el caballero. Según un relato popular, una muchacha llamada Leokadi desafió las creencias de su época e intentó dar tres vueltas a la “korreta” después de que sonara el Ángelus. Dio dos vueltas pero antes de acabar la tercera se convirtió en piedra y, según se dice, hoy en día es uno de los fantasmas del Kortxeleko Mamuak. En el último tramo de la “korreta” podremos ver el curioso frontón al aire libre del pueblo.
Tras dar una vuelta completa a la “korreta” tenemos dos opciones: seguir hacia arriba o hacia abajo. Si vamos hacia abajo nos encontraremos en seguida la calle Iparkalea a nuestra izquierda, una calle que es también muy típica; hubo una época en la que sus sidrerías eran famosas. Si en vez de entrar a Iparkalea seguimos hacia abajo nos llegaremos a Alameda. Una vez allí, podemos seguir por Itsasaurre hacia el puerto o dirigirnos a las playas de Arrigorri y Saturraran cruzando cualquiera de los dos puentes.
Si decidimos ir hacia arriba tras dar la vuelta en la “korreta”, entraremos en otra calle típica conocida como Txomin Agirre o Goikokale, que debe el primero de esos nombres al escritor vasco Txomin Agirre, nacido al final de esa misma calle. Subiendo una empinada cuesta llegaremos al santuario de la Antigua. En este santuario del siglo XV podemos encontrar a Nuestra Señora de la Antigua, patrona de los ondarreses y especialmente de los pescadores. El santuario fue la primera iglesia del pueblo, cuyas campanadas sanaba a los enfermos mentales. Así mismo, ese lugar es origen de muchas viejas leyendas. Entre la ermita y el caserío Antigua predomina la tranquilidad y se nos ofrecen vistas espectaculares de las peñas de Saturraran, las playas y toda la costa guipuzcoana, es decir, tenemos el Mar Cantábrico de frente. Los sábados a las doce de mediodía se celebra misa y muchos jóvenes escogen este santuario para casarse. En los días anteriores del 15 de agosto, día de Santa María, se celebra una novena. Los días en que se celebra algo las campanadas llegan al pueblo con un ritmo especial.
El camino hacia el barrio Asterrika comienza en la ermita de la Antigua. Si seguimos desde Asterrika, llegaremos al municipio de Mendexa tras haber realizado una ruta tan fácil como bella, disfrutando de los montes a la izquierda y del mar a la derecha.
Yendo de la capilla del Padre Eterno o del Padre de la Piedad hacia el puerto deportivo, dejamos atrás la Asociación de Remo, entraremos en un paseo que sigue el rumbo del río Artibai. Veremos el Puente Viejo a nuestras espaldas y veremos al principio la calle Nasa y la Iglesia de Santa María. Adelantándonos un poco y mirando siempre hacia la izquierda veremos las casas de Kantoipe y la Cofradía, estando éstas últimas sobre el agua, tratando de robar espacio al río Artibai.
En seguida veremos un puentecito verde con escaleras: el Puente de la Playa o puente giratorio. Este puente que nos lleva a Alameda se construyó en 1927 para poder ir desde el pueblo a la playa de Arrigorri. En aquella época el puerto estaba situado alrededor del Viejo Puente, por lo que construyeron un puente giratorio para que los botes pudieran remontar el río.
Siguiendo por el paseo nos encontraremos de frente un puente con un arco espectacular: el Puente Itsasaurre. Fue el primer trabajo del famoso arquitecto Santiago Calatrava. Se inauguró en 1994, convirtiéndose en un símbolo de la modernidad que nos lleva directamente al puerto actual o a la calle Itsasaurre.
Si en vez de pasar el puente de Calatrava seguimos hacia delante llegaremos a la playa de Arrigorri. Algo antes veremos que pasamos un bar y un restaurante situados en un edificio construido en 1927 y que anteriormente fue un balneario de agua marina.
Más adelante entraremos al espigón de la playa o al de la Cofradía. Pero si giramos a la derecha y dejamos atrás el antiguo balneario y la playa de Arrigorri nos encontraremos en el paseo Arbide, un camino que nos llevará a la playa Saturraran en unos pocos minutos. Esas amplias vistas al mar nos darán la oportunidad de disfrutar de una hermosa bahía y de las peñas de Saturraran. Según cuenta una antigua historia, las peñas son el bastión del amor entre los jóvenes Satur y Aran. De hecho, se cuenta que desde el monte Akilla, situado sobre el paseo Arbide, es posible ver las caras de los dos jóvenes reflejadas cada una en una roca. Al parecer, Satur salió a pescar un día y una tempestad se lo llevó para siempre. Tras llorar largamente, Aran rogó al mar que la llevara junto con Satur, y el mar accedió a su deseo arrastrándola con una ola. Después de aquello, hubo un cataclismo y las rocas se movieron de sus posiciones originales. Cuando volvió a amanecer, las caras de Satur y Aran eran visibles en las peñas.
Saliendo de Alameda y tras cruzar el Puente de la Playa, subiremos las escaleras que hay antes de llegar a la playa Arrigorri y que nos llevarán a la carretera hacia Mutriku en la curva de Arrigorri. Dicen que por esas curvas pasaba cada noche Marixe Bekaineko, la bruja que asustaba a los niños de Ondarroa antes de acostarse. Sin embargo, antes de salir a la carretera hay un mirador con esculturas de Anjel Lertxundi. Aun así, nosotros nos dirigiremos al pueblo.
En seguida veremos junto al camino las casas de Txorierreka y la gran pendiente hacia arriba. Subiremos por esa dura cuesta y seguiremos por la encrucijada que comienza en ese punto, como los creyentes cristianos en Viernes Santo. Tras gozar de las maravillosas vistas al mar y al pueblo, habremos llegado al caserío Akilla. Si seguimos hacia arriba encontraremos el caserío Burgo y tendremos la oportunidad de ver su antigua y elegante majada. Seguiremos hasta ver las tres cruces, subir la última cuesta difícil y llegar a la ermita de Santa Cruz tras una caminata de unos 40 minutos. Ondarroa se nos muestra impresionante y podemos admirar el ritmo del río Artibai respirando con dificultad. Antiguamente, los misioneros que se dirigían a las Islas Canarias llenaban este paraje. Hoy en día, hay la ermita una excelente imagen del Cristo del Calvario. Siguiendo hacia delante podemos ir hacia Tontorramendi, hacia el barrio Berriatua o hacia los montes de la zona de Markina.
Saliendo de Alameda cogeremos la carretera que sube por Artabide, tomando la vía que nos saca de Ondarroa y nos lleva hacia Lekeitio. Antes de salir del pueblo veremos paisajes preciosos desde el puerto. En la última curva tomaremos la senda de la izquierda, la cual nos conducirá a la ermita de Santa Clara y la atalaya. Si seguimos por esa carretera de incontables curvas, podremos llegar primero a la cala y luego a las peñas. En otra época, los corsarios anduvieron en esas calas que también sirvieron como refugio a los pescadores. Este tramo es, además, un camino bonito, tranquilo y espectacular que puede realizarse en bicicleta.
Saliendo del aparcamiento junto al campo de fútbol de Zaldupe, cruzaremos la carretera y seguiremos hacia arriba dejando atrás el cruce. Ascendiendo continuamente, llegaremos al caserío Iramategi Berri. Allí empieza un caminito asfaltado que seguiremos hasta pasar el caserío Mokau y la Casa-escuela y llegar al barrio rural Gorozika.
Gorozika es un solitario y apacible barrio montañoso formado por caseríos. Los caseríos son allí elegantes, ya que se trata de importantes construcciones civiles realizadas por profesionales de alto nivel. Las estructuras góticas de caseríos de primera generación o de finales del siglo XV (sobre todo los arcos apuntados) son muy visibles en el caserío Antzone, y aun más en el caserío Gozizko. En el corazón del barrio se halla la ermita de San Juan, que también tiene estructuras góticas. En este mismo barrio, el caserío Bizkua nos muestra la estructura de los caseríos del siglo XVIII con su pórtico formado por dos arcos de sillar.
También podemos ir en coche a Gorozika saliendo de Berriatua y cogiendo la carretera hacia Ondarroa. Cuando lleguemos a la casa torre medieval Arantzibia, nos meteremos el camino que empieza allí mismo.
El rincón más encantador es el Casco Histórico, un lugar muy especial. Se centra en tres calles, Goiko kale , Ipar kale y Kale Handi , se ve fácilmente que datan del Medioevo ya que son calles muy estrechas y escarpadas. También el Puerto Viejo, donde se amarraban antiguamente los barcos. Y por supuesto, el puerto Egidazu Kaia, donde el visitante tiene la opción de ver todo el ciclo que sufre el pescado.
Está construida sobre rocas y el basamento que la sostiene forma un muro con grandes arcos que antes se usaba como sótano y amarradero.
La iglesia comenzó a construirse en 1480 y las obras acabaron en el siglo XVI. En 1744, Ignacio Ibero dirigió una importante remodelación en el interior del templo.
El edificio es de estilo gótico tardío muy cercano a la corriente Reyes Católicos. Las paredes, decoradas con un friso floral, presentan ventanas con tracería gótica y rosetones. Sobre el friso podemos ver la crestería con figuras geométricas. Las cornisas sostienen gárgolas esculpidas con figuras de animales.
Cabe destacar el “séquito” de doce figuras esculpidas al estilo flamenco-borgoñón, conocido en Ondarroa como “Kortxeleko Mamuak”.
Debido a los diferentes incendios que destruyeron la villa, y especialmente tras el que provocó la pérdida de unos cien edificios en 1794, quedan muy pocos edificios construidos en la Edad Media en el casco histórico de Ondarroa. Sin embargo, el entramado urbano que quedó cercado por un muro mantiene el trazado original y las calles Erribera, Kale Handi y Txomin Agirre se unen en forma de abanico en la Iglesia de Santa María.
Las casas amontonadas en solares profundos y estrechos siguen todavía las antiguas reglas del urbanismo gótico. Situadas en terrenos abruptos, se construyen por niveles, y por tanto hay edificios con fachadas principales de seis plantas y partes traseras de solo dos.
En 1994 el Gobierno Vasco declaró el casco histórico de Ondarroa Patrimonio Cultural con la categoría de Conjunto Monumental.
Fue uno de los únicos edificios que se salvó del incendio provocado por el ejército francés en 1794, durante la Guerra de la Convención.
Se construyó en el siglo XV, probablemente sobre otra torre que habría anteriormente, y es uno de los ejemplos más significativos de la fortificación de la villa. Era propiedad de los Licona, poderosos mercaderes con origen en Mendexa que después se establecieron definitivamente en Gipuzkoa.
Es muy probable que Marina Saenz de Licona, la que sería la madre de San Ignacio de Loyola, naciera en esta casa.
Al parecer, la Antigua Cofradía de Santa Clara se creó en el siglo XIV con el objetivo de ofrecer apoyo religioso y asistencia social a los pescadores y sus familias.
Este edificio conocido actualmente como la Antigua Cofradía se sitúa en lo que hasta principios del siglo XX fue el amarradero del puerto de Ondarroa.
Aunque su estilo reúna elementos medievales y elementos clasicistas y barrocos, el edificio se construyó en 1920 bajo la dirección del arquitecto Pedro Guimón. Hoy en día es la sede de la oficina de turismo.
Es un edificio adosado a la fachada de la Iglesia de Santa María y antiguamente fue una escuela pública. Aunque se construyó a finales del siglo XVIII, en 1850 se reconstruyó siguiendo el diseño elaborado por Mariano José de Lascurain. Es una magnífica obra neoclásica realizada con sillares de piedra arenisca.
El balcón principal y las dos columnas que lo sostienen son dignos de mención.
La ermita de Nuestra Señora de la Antigua fue, al parecer, la primera parroquia de Ondarroa. Se construyó a finales del siglo XV, aunque la información que se recopiló sobre la parroquia data de mucho antes.
Está situada en un punto estratégico sobre la villa y seguramente hace tiempo estuvo fortificado.
El estilo gótico original que ya solo es visible en una parte de la cubierta exterior ha sufrido numerosos cambios durante siglos. En consecuencia, hoy en día reúne elementos del estilo gótico, neoclásico y barroco, siendo este último estilo resultado de la reforma que realizó Francisco Ibero en 1759.
La construcción data del siglo XIV. El antiguo humilladero barroco construido a mediados del siglo XVII está junto al Puente Viejo, en lo que antaño fue la salida hacia los pueblos de Guipúzcoa.
Los caminantes pasaban por debajo del pórtico de medio punto y, haciendo un alto, solicitaban protección divina.
Es uno de los elementos más emblemáticos del pueblo. Durante siglos, este puente de piedra ha sufrido al menos tres o cuatro reformas (la última en 1961), sustituyendo al viejo puente levadizo de madera que existía ya en 1330.
Los barcos que iban río arriba, así como los propietarios de los animales que lo cruzaban, solían pagar un impuesto por ello a la villa.
El puente o paso conocido como “Plaiko zubixe” (el puente de la playa) es un bello ejemplo de la “arquitectura en hierro” de finales del siglo XIX y principios del XX. Financiado por la Diputación Foral de Bizkaia, se construyó en 1927 para facilitar el acceso a la playa de Arrigorri. Dos goznes de piedra arenisca sostenían la estructura de hierro, que giraba sobre uno de los goznes para dejar paso a barcos de gran tamaño.
Hasta 1970 hubo que pagar para atravesar el puente, y como al principio se cobraba una moneda de 5 céntimos (la perra chica), el puente empezó a conocerse también como “Perro Chico”.
Es el más nuevo de los puentes de Ondarroa. Lo diseñó el famoso arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, por lo que también se lo conoce como “Puente Calatrava”. Este puente de estilo vanguardista se construyó en 1995 con hierro y cemento.
Partiendo de Ondarroa camino a Berriatua, encontraremos la impresionante ermita de San Juan Bautista, situada al lado de la casa torre Arantzibia. En ese paraje, cabe destacar la peña de Santa Cruz. En cambio, los aficionados a la arqueología deberían acercarse a la cueva de Golkolau y el yacimiento paleolítico de Armiña. Como excursión recomendable puede citarse la ascensión al alto de Milloi, desde el que se contempla una magnífica panorámica.
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