Masía de Aldamar
Esta finca pertenecía a la familia Lassala, influyente familia valenciana que tenía su origen en el señorío de Préchac, un territorio francés cuya baronía había ostentado su antepasado Bernardo Lassala Vergés. Muy posiblemente debido a la Revolución francesa, tuvo que refugiarse en Valencia donde se convirtió en un importante hombre de negocios, adquiriendo tierras cercanas a la ciudad de Valencia. A finales del siglo XIX, su descendiente Vicente Lassala Camps, fue considerado por Rafael Janini como uno de los impulsores de la agricultura y ganadería valencianas.
La familia propietaria aprovechó su pasado cosechero para abrir en 1870 un almacén de vinos y aceites en las calles Mendoza y Calatrava, ambas junto a la plaza del Negrito en Valencia. La Masía de Aldamar suministraba vinos y aceites al establecimiento de la Calle Mendoza, desde la cual proveían a restaurantes y hoteles a finales del siglo XIX y principios del XX. De hecho, aún hoy, esta zona tiene una gran tradición de tiendas de vinos. Esta tienda permaneció hasta la década de los años 30 del siglo XX con su denominación de Masía de la Mar, para pasar a denominarse “Aldamar, Vinos Finos”.
Con posterioridad, a principios de los años 30, la masía fue vendida a la multinacional belga REVA, que transformó la finca en una explotación principalmente de naranjos y que desarrolló la gestión de pozos de agua de la zona. En la actualidad, mantiene sus patios, la bodega y la almazara de la época. También mantiene la capilla, donde hace más de un siglo se oficiaban misas a los campesinos de la familia y habitantes de la zona, muchos de los cuales vivían en la propia finca. La propiedad ha sido adquirida de nuevo por miembros de la familia Lassala, siendo explotada para bodas y eventos desde hace unos años.
Esta masía, que data del siglo XV, fue reconstruida a finales del siglo XIX. Desde el punto de arquitectónico la edificación es de planta rectangular, típica estructura de estética castellana, habitual en las zonas del interior de Valencia, tradicionalmente dedicadas a los cultivos de secano: vid, aceite y almendra, principalmente. Contiene tres patios interiores, alrededor de los cuales existen zonas de vivienda en primera planta, con origen en las viviendas destinadas a las familias de trabajadores agrícolas que antaño vivían en la propia finca. Existe también en dicha altura un gran granero de aceitunas justo encima de la almazara. Se conserva una garita de defensa y vigilancia adosada a la fachada sur.
En planta baja se encuentran: en la zona noble la capilla de grandes dimensiones que en otro tiempo funcionó como parroquia de la zona (el núcleo urbano del municipio de Chiva se encuentra a 7 km), la bodega con sus barriles de roble y sus depósitos antiguos de obra, la almazara con sus prensas, las antiguas cuadras, el almacén-depósito de aceite que en origen eran tres, el pozo situado en el tercer patio y la balsa de riego.
En la importante fachada principal destacan las dos altas torres laterales que potencian el aspecto señorial del inmueble.
Sus espacios la hacen única para la realización de eventos singulares. La capilla permite realizar ceremonias civiles y el resto de espacios le dan carácter y autenticidad a las celebraciones, especialmente el antiguo patio adoquinado, la sala principal de gran capacidad y un jardín bicentenario, con la típica balsa valenciana de las fincas de naranjos. La Masía Aldamar conjuga perfectamente la típica arquitectura valenciana con las nuevas tendencias de decoración. Existe un proyecto de ejecución inminente de un hotel tipo “château” con temática vinícola y del mundo del aceite.
Latitud: 39.475932 | Longitud: -0.597154
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